Por varios días Gustaf había estado mirando en silencio como Magnus buscaba una solución a su problema, tenía que encargarse de Erik y de Klaus al mismo tiempo, pero no encontraba su paradero, solo escuchaba rumores sobre dónde podían estar y ninguno era cierto. Gustaf sentía que debía de hacer algo, consideraba a Adelaida junto con los gemelos la única familia que lo quería en verdad. Aquel exlíder de la mafia Nyhus tenía que buscar el paradero de su hijo menor, pero quería hacerlo solo, la razón era porque sabía que encontraría más información que Magnus. Sus ojos azules miraron por última vez la silueta de sus nietos, jugar en el patio con su madre, este soltó un suspiro mientras se marchaba del lugar, algunas miradas de los guardias se fijaron en él, sin embargo, no mencionaron nada.