Magnus miraba con curiosidad como la pequeña Sophia se mantenía cerca de Adelaida, la pequeña no se despejaba de su lado. Ambos se encontraban en el jardín mientras que los gemelos se divertían jugando a la distancia, aquel día estaba tranquilo y Magnus sentía que podía relajarse. Sin embargo, la pequeña en algunas ocasiones miraba con cierta curiosidad al mafioso. Los gemelos aún no sabían que la pequeña que ahora vivía con ellos era su hermana, Adelaida quería contárselos dentro de unos pocos días. Sin embargo, Bera miraba a la pequeña con frialdad, aún no podía aceptarla, cosa que a Adelaida no le importaba en lo absoluto. En cambio, Gustaf se mantenía a la raya, sabía que tenía que esperar que Sophia se acostumbraba al lugar y tuviera confianza con todos. Unos leves pasos detrás de M