No imaginaba que a mi corta edad estaría casándome por segunda vez. Tampoco sospeche que el amor volvería a llamar a mi puerta, pero la vida es así. Tiene instantes de felicidad absoluta y otros que duelen tanto que sientes que no puedes respirar. Lo que si soy capaz de imaginar en este instante es lo mucho que quiero hacer feliz a Gabriel. Lo veo a mi lado con ese traje que le queda de ensueño y siento que le daría todo lo que quiera. Cuando perdí a Mateo llegue a creer que no me quedaba amor para nadie, pero Gabriel se adueño de aquellas sobras que había quedado y las transformo en un amor fuerte que hoy siento que puede con todo. —Nicole Gagnier, ¿aceptas como esposo a Gabriel Roux para amarlo, respetarlo, y serle fiel todos los días de su vida? —pregunta el juez haciéndome sonreír.

