Al día siguiente. Faby Jones. —¿Pasa algo, hermosa? —pregunta Uriel. Sé que él puede notar que estoy nerviosa, nunca me había escapado y peor aún, faltado a clases. —No te preocupes, estoy bien, es solo que este día me siento un poco frustrada. —Sé que es difícil, mi Faby, pero después verás que cada esfuerzo que haces valdrá la pena. —Sí, lo sé, tienes razón, por eso seguiré hasta el final, por eso te amo, cachorro, siempre me das fuerzas. Él sonríe y acaricia mi mejilla. Llegamos a la universidad, le doy un beso y bajo del auto, ahora me siento más nerviosa. Hago como si voy a entrar en la universidad, pero no lo hago. Me siento en una banca y después escucho un auto. Veo a esa mujer bajar del auto. —¡Hola, princesa! Vamos, tengo algo para ti. —Está bien, vamos. Subo al

