LUCIA
Hoy ha sido un día extraño.
Cuando llegué al club esta mañana y vi a bastantes personas ya en los campos de golf y en el spa, asumí que sería un día difícil y que tendría mucho trabajo por delante, pero no ha sido así en absoluto, durante el día me han asignado las tareas más sencillas y me han mantenido en las posiciones menos concurridas.
Por no hablar de la actitud de los miembros del club, que por alguna razón algunos de ellos hoy no han sido ni la mitad de snobs de lo habitual, y el resto han sido dos veces más exigentes y groseros que sus horribles yo habituales.
Cuando me acerco a una de las mesas en el pequeño café cerca del campo de golf, al que extrañamente me asignaron hoy, no puedo evitar escuchar la conversación entre dos mujeres de cuarenta y tantos, amb
