Eda Me desperezo en la cama relajada y feliz por primera vez desde... No se cuando fue la última vez que no sentía presión, que no tenía que ocultar un secreto o esconder mis miedos, ni siquiera recuerdo una vida en la que no fuera así. Alaric duerme a mi lado. Me tumbo, admirando al hombre que descansa a mi lado. - Deja de mirarme - murmura sin abrir los ojos. Levanto un dedo y le acaricio la frente, desciendo por su mejilla, por el cuello hasta llegar al pecho. Gracias a él he vuelto a creer en los hombres y en el amor. Le debo mucho, mucho más de lo que él mismo se puede imaginar. - Sigue tocándome y te voy a tumbar, voy a atarte a la cama y voy a follarte. Me excito al momento con sus sucias palabras. Solo imaginarlo entre mis piernas hace que sienta movimiento en el bajo vient