La mirada fría de Daniel causaba escalofríos en el hombre que trataba de mantener sus manos quietas, estaba temblando, pero se decía así mismo que era por el frío y no por el miedo que sentía. —Habla—ordenó Yun mientras lo soltaba. —No sé señor, no se que… Yun lo empujó con fuerza del pecho y lo sujetó de la corbata. —No te hagas el listo, te doy un minuto para que me digas todo, o juro que te voy a desaparecer. Aquel hombre se atragantó con su propia saliva y tosió un par de veces. Seon-oh quién estaba en el auto, bajó un poco dudosa, y se quedó echa piedra al ver al hombre que Yun tenía sujetado de la corbata, su mente decía que huyera, que corriera lejos, pero sus piernas no se movían ni siquiera un poco, siempre supo que aquel plan era muy estúpido, no debió de seguirle el