Ethan se sonrojó violentamente, pero luego desvió la vista, mostrándose indignado. ¿Ven que es bipolar? —T-Tonta, s-sólo lo digo p-para que bajes de peso. —¿Qué tiene eso que ver con mi peso? —pregunté, indignada también. —P-Pues psicología inversa —declaró con seguridad. —¿Psicología inversa? —Bueno… e-es decir… —desvió la vista de nuevo—. Si te digo que eres bonita, creerás que no es cierto y comenzarás a hacer ejercicio y, y, y a bajar de peso y… me gusta… —¿C-Crees que… soy bonita? —lo interrumpí, susurrando apenada. Ethan no respondió, provocando que tuviera un sonrojo automático. El que tuviera puesta esa peluca, me hacía imaginarlo como un chico diferente, como si tuviera el derecho de coquetear con él. Como si no se tratara de mi propio primo. —Yo… Ethan agachó la cabe