Ethan —Yo… ¿por casualidad dije algo malo de nuevo? Delante de mí, mi prima se detuvo e inspiró profundamente, tal vez para no darse la vuelta y golpearme. —No —respondió seca y volvió a caminar, dejándome temblando como un conejito. Y es que… ¡cualquier cosa era preferible, a ese silencio hostil, que advertía claramente que no me le acercara! —P-Prima por favor —aceleré el paso y tomé su mano. Ella se volteó furiosa y la solté de inmediato. —¡Tú, idiota egoísta! —se quejó ella, a puertas de una incomprendida pataleta—. ¡No me digas prima! Estaba tan enojada, que su rostro se había vuelto rojo, como a mí también me pasaba cuando estaba muy, muy furioso. —¡Está bien! —no le dije prima, no quería hacerla enojar aún más de lo que ya estaba—. N-Naty —eso sirvió para que me mirara por f