––Te brillan los pantalones –ríe, y señala mis pantalones, que efectivamente están iluminados por la pantalla de mi teléfono –. Cógelo. Resbalo fuera de la cama y me pongo los calzoncillos antes de coger el teléfono y ver un número desconocido. –– ¿Quién? –bramo. ––Uy, j***r, que humos macho –se burla Elías al otro lado del teléfono. Camino de nuevo a la cama, y me siento en el borde de ésta mirando un punto fijo en la pared. –– ¿Qué quieres? ––La amiga esta de tu novia... –chasquea la lengua, y suspira –joder cómo se llama. –– ¿Pamela? ––Eso, eso, la cosa es que estamos en su casa después de haber follado y tal y tal, y hemos visto el cochazo de tu novia, asique he dicho: ¡j***r, mi amigo está follando con la Diosa esa! Asique la chica esta que se está vistiendo delante de mí mien