ALEXA. Los rayos de sol entrando a travéz de las cortinas me despertaron. Miré el reloj, aún era temprano pero tenía que darle de comer a Livy en quince minutos asi que con toda la pereza del mundo me levanto de la cama. Connor sigue profundamente dormido, el pobre está agotado. Ya pasó una semana desde el episodio de Livy. Los primeros días no fueron nada fáciles. Ella lloraba todo el tiempo y lo poco que comía lo vomitaba. Estaba muy preocupada pero Will me aseguró que lo antibióticos la ayudarían. Solamente demoraban un poco hacer efecto. Tenía toda la razón, tres días después de empezar con la medicación mi hija se encontraba perfecta. Bendigo al hombre que inventó los antibióticos contra la gripe estomacal, mis tímpanos se lo agradecen. Me pongo la bata y salgo del cuarto lo más