Brad Llevé a Scarlett a su casa y después me fui a trabajar. Trabajaba en una clínica privada y esa tarde no vino mucha gente. Estaba deseando terminar e ir al gimnasio. Había confiado en Madison y ella me había traicionado. Después tenía a Scarlett y a sus bonitos ojos, que hacian que me volviera loco. No estaba preparado para empezar una relación con nadie porque la herida de Madison seguía abierta. Levanté pesas y me esforcé al máximo en el entrenamiento, intentando no pensar en Madison besando al chico ese y en Scarlett no saliendo con el tal Alan. Dejé las pesas y me puse con las mancuerdas. Sintiendo como mis músculos quemaban. Gruñí y las solté, respirando agitado y sudando. Me quité la gorra y me pasé una mano por el pelo para después volver a ponérmela. - ¿Enfadado? -