BRAD Llegué después del almuerzo a casa, Scarlett no me había contestado a las llamadas así que estaba preocupado. La preocupación aumentó cuando vi a Christian frente a nuestro portal. — ¿Qué ocurre? —le pregunté. — Oh, hola Brad. —ambos nos dimos la mano— Scarlett no ha asistido al almuerzo y estaba preocupado, la he estado llamando pero no ha contestado, tampoco aquí. Saqué las llaves de mis pantalones, nervioso. — ¿Ha pasado algo? —preguntó Christian mientras me seguía por las escaleras. — Él consiguió entrar en casa también ayer. Llegué al segundo piso, escuchando los llantos de Mederith. No tardé en meter la llave en la cerradura y en abrir. Tiré todo al suelo para apresurarme al salón, de donde procedían los llantos de mi hija. Scarlett estaba tumbada en el suelo,

