Respiro profundamente, intentando calmar el torbellino en mi mente de toda la cadena de malas decisiones que comenzaron por una maldita ojeada a sus redes.
¿Cómo llegamos a este punto? Siempre creí que nuestro amor era inquebrantable, que nada podría ponerlo en duda.
Pero ahora, me doy cuenta de que incluso las relaciones más fuertes pueden tambalearse bajo el peso de los secretos y las suposiciones erróneas. La vida es complicada, y el amor, aunque poderoso, no es inmune a los desafíos.
Miro al techo, buscando alguna señal, algún consuelo. ¿Realmente puedo dejar esto atrás? ¿Puedo aceptar que hubo alguien antes que yo y seguir adelante sin que los celos me consuman?
Quizás ese hombre no hubiese aparecido de nuevo esto no estuviera pasando, tal vez si hubiéramos hablado de manera clara
