POV. GEDEÓN. La ciudad ruge más allá de los cristales blindados de mi oficina. El bullicio, los cláxones y el constante zumbido de la maquinaria urbana que me rodean, pero no escucho; sin embargo, sé que están ahí afuera. Toda una sinfonía caótica que viene desde abajo y me recuerda quién soy y qué tan arriba he llegado. Pero esta tarde, cada cosa que toco me sabe a poco. El teclado bajo mis dedos es un obstáculo. Los informes, irrelevantes y el teléfono, molesto. No es como si no tuviera cosas por hacer. De hecho, tenía demasiadas. Supervisar algunos movimientos bancarios, rutas de mercancía, revisiones de seguridad en los puertos… negocios legales e ilegales que requieren mis instrucciones, presencia y precisión. Pero mi mente no está aquí. Estaba en mi próximo paso y en la extrañ