POV. GEDEÓN. El murmullo constante del motor y el desplazamiento de las llantas de la camioneta blindada son casi terapéuticos. Casi. Porque por dentro, la tormenta apenas está empezando a girar sobre su eje. Han pasado varios días desde el ataque. Días que deberían haber ardido con pólvora y sangre, días en los que la lógica me gritaba que respondiera con la misma violencia. Pero Vivian, nuestra conversación y el hecho de que era evidente que los Rinaldi nos estarían esperando me obligó a repensarlo todo. no es una cuestión de cobardía, ni mucho menos de debilidad, sino por control. Control. Eso es lo que separa a un hombre de un animal. Lo que me diferencia de los Rinaldi. Ellos atacan sin estrategia. Yo voy a devolver el golpe, sí, pero en su momento, y con la precisión de una bala