Tendría que decirle que lo que ha hecho en la furgoneta está completamente mal, pero me siento horrible... solo quiero recostarme y descansar. Lo veo abrir mi maleta y quitar mi camisón de allí dentro. –Aquí tienes cariño, ¿de verdad no quieres que te lleve a una clínica o algo?- Vuelve a preguntarme como por tercera vez. -No amor, de verdad que no es nada grave. Solo malestares por el embarazo.- Le explico mientras que me toma por sorpresa y comienza a quitar mis zapatos. -¿Qué haces?- Le pregunto e intento sentarme sobre la cama, pero él no me deja. -Permíteme cuidarte.- Dice y de a poco me va desvistiendo para que me coloque el camisón. Definitivamente es demasiado tierno. -Deberías ir a tu cuarto. No es conveniente que puedan ver aquí.- Digo mientras me acomodo debajo del edredón.