Al día siguiente
Otro vuelo más, otro donde me ha hecho sentar del lado de la ventanilla para que nadie me golpee mi ya más grande barriga. Sigue siendo ese hombre sobreprotector que era cuando aun no estábamos juntos, pero ahora es mucho peor. Esta vez el destino ha sido nuevamente Madrid, pero para los premios de los 40 principales y un programa de televisión. Después de esto nos toca regresar a México.
El conductor nos deja a una calle del piso de Pablo y yo prácticamente me voy quedando dormida mientras que caminamos a la entrada del edificio. –Cariño, no te me duermas aquí parada.- Bromea y me da un beso en la frente –Te dije que te quedaras en México; de todas formas en menos de una semana debo regresar.- Vuelve a decirme como tanto me ha repetido en el avión.
-Soy tu publicista e
