El llegar a Málaga, es toda una aventura. No sé como lo hacen, pero las fans siempre saben cuando llega el. Esta llegada es diferente, su familia ha venido a buscarlo al aeropuerto por lo cual yo simplemente puedo seguir mi camino sin esperarlo. Camino hacia la salida, pero Elena me detiene en el camino.
-Alexia, ¿Cómo te encuentras?- Me pregunta amablemente y sé que ella no lleva culpa de nada. Ni siquiera sabe que su hijo y yo lo hemos intentado.
Se amable Alexia... Me exijo a mí misma.
-Muy bien, gracias. Estoy un poco cansada por el viaje pero bien.- Digo de la manera más natural posible.
-¿Y mi nieto?- Pregunta en un susurro por si alguien pueda escucharnos.
-Bien, creciendo y mareándome.- Digo sonriente, y es que mi bebe sí que me hace sonreír.
-Es normal... pero, ya verás que pronto pasa.- Dice sonriente.
-Así es.-
-¿Tienes quien te lleve a tu casa?- Me pregunta Salva interrumpiendo la conversación con Elena y asiento.
-Si, Tania venia por mi... Mi compañera de piso.- Explico ya que no la conocen.
-Vale.- Replica con una sonrisa y me despido de todos, excepto de él para salir del aeropuerto.
Al salir, allí esta mi fiel amiga y casi hermana esperándome dentro del auto. Un joven me ayuda a meter la maleta en el maletero del auto, y luego de agradecerle subo al auto.
-¡Hola!- Digo con entusiasmo y le abrazo.
-Parece que me has extrañado.- Dice entre risas antes de arrancar.
-Como no te das una idea.- Replico pero ella no me presta atención, solo mira al exterior.
-Creo que alguien te busca.- Dice y al voltearme esta él.
-Arranca.- Digo colocándome el cinturón de seguridad y ella hace lo que le he pedido.
Lo he escuchado durante todo el vuelo; no quiero escucharlo más el día de hoy.
-¿Qué ha sucedido entre ustedes?- Pregunta ella y vaya que me conoce bien.
Resoplo recordando todo lo sucedido durante estos últimos días –Tantas cosas...-
-Me las cuentas ya.- Me exige y a ella no le puedo ocultar nada.
Me ha tomado todo el camino hasta nuestro piso el contarle lo sucedido entre Pablo y yo. Tanto nuestro intento de noviazgo como nuestra discusión...
-Haces bien en hacerlo sufrir un poco.- Comenta de manera malvada y bastante graciosa mientras me ayuda a bajar las maletas del auto.
-Es que no puede decirme que me ama y luego besarse con la primera que se le aparece enfrente.- Explico mientras ella cierra el auto y comenzamos a caminar hacia la entrada de nuestro edificio.
-Claro que no... yo entiendo que el tío esta mas bueno que no se qué, pero tampoco para que te trate así; que aprenda su lección.- Comenta haciéndome reír a pesar del cansancio que traigo.
-Tania, tu no cambias mas.- Digo entre risas y ella ríe a la par.
-Tú sabes que a mí el engaño no me va... eso es sinónimo de venganza.- Dice en ese tono de voz que parece salido de película de terror y que tanta gracia me hace.
-Vale, yo simplemente quiero que aprenda la lección... eso es todo.- Digo intentando que esto no se transforme en el plan de una de las venganzas de ella.
-Claro, pero no se la hagas tan fácil.- Dice entre risas mientras subimos al elevador.
-No, claro que no... aunque cuando me habla con esa voz ronca y me mira con esos ojos café; te confieso que me cuesta demasiado hacerme la ofendida.- Le confieso entre risas.
Salimos del elevador y ambas nos paramos en seco. –Creo que tu plan se ha ido a la basura.- Me comenta al verlo parado enfrente a nuestra puerta con un ramo de rosas entre sus manos.
-O tú conduces muy lento, o su hermano lo trajo en helicóptero- Pregunto y ambas reímos.
-Lo primero, me entretuve con tu historia...- Dice y me mira haciéndome una seña de que vaya.
-¿Cuál es tu consejo ahora?- Pregunto en un susurro.
Ella me sonríe y encoje sus hombros –Es Pablo Alboran con un ramo de rosas enfrente de tu portal, no se ve tu qué quieres hacer.- Dice y se da media vuelta para volver a subirse al elevador. –Me voy con mi novio.- Comenta y aquí estoy yo parada como una tonta con el padre de mi hijo y creo que aun mi novio esperándome en la puerta de mi casa.
-Deberías estar en tu casa descansando.- Le regaño mientras lo ignoro y entro al piso.
-Tengo cosas más importantes que hacer.- Dice y entra detrás de mí dejando que la puerta se cierre y genere una leve brisa que acerca el aroma de su perfume a mis sentidos.
-Tienes cinco minutos.- Sentencio.
-Me bastan y me sobran para que me escuches.- Dice y respiro profundamente intentando mantener mi postura.
¿Seré lo suficientemente fuerte?