Marjory llegó al callejón y vio a un hombre de apariencia aterradora, su hijo estaba detrás de él junto a una mujer y Alexis tenía en las manos la espada de Bendición.
– Ángel, ven aquí – lo llamó.
Ángel corrió hacia su madre y la abrazó – perdí mi brazalete.
El mencionado brazalete era un recuerdo de su bautizo y lo llevó en la mano por cinco años, al ver que lo perdió tan fácilmente estaba muy avergonzado.
Marjory se agachó para darle un beso – lo importante es que estás bien, no vuelvas a alejarte de nosotros, ¿de acuerdo?
Ángel asintió.
Aunque su hijo estaba a salvo la expresión de Alexis no se relajó, el hombre de pie frente a él le resultó familiar y al mirar más allá vio a una mujer de cabello oscuro y ojos azules con un vestido de color celeste.
Dio un paso atrás.
Su tía le
