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Íbamos rumbo a la ciudad mientras Laila y la madre de Max calmaban mis nervios alterados, pero era imposible para ellas, pero como no iba tener miedo si ese hombre se me estaba insinuando de una forma que me dio asco y repulsión
—ya querida, te prometo que Lucas no se acercará a ti.
—si; cálmate amiga, sabes bien que es malo para tu memoria.
Poco a poco me fui calmando mientras las escuchaba repetirme que no me haría bien poniéndome nerviosa.
—no ... se si hice bien en aceptar ser su prometida. —solloce
—¡te vas a casar con Max!. —dijo sorprendida mi amiga y yo sentí.—felicitaciones amiga. —me abrazó.
—querida, me alegra que pronto serás parte de la familia.
—¿creen que hice bien?.
—Claro que hiciste bien en aceptarlo; y debo decirte que mi hijo nunca actuó así por una muje
