Sonreí al verme al espejo.
La verdad es que me miraba muy bien, el vestido se ceñía a mi cuerpo a la perfección y mi cabello rubio, contrastaba perfectamente con el rojo intenso del vestido, un rojo igual al que llevaba en mis labios.
Me gustaba la mujer parada frente a mí en el espejo, solo entonces me puse a pensar: ¿por qué había comprado este vestido? ¿Acaso quería impresionarlo? ¿Qué dirá cuando me mire? ¿Siquiera iba a verme? ¿Lo había comprado para deslumbrarlo no? ¿O para demostrarle lo que se perdía por cobarde?
Sí, esa había sido la razón, quería lastimarlo como él me lastimó a mí, es solo que pensar en lastimarlo también me dolía. Idiota, ¿no? Lo sé.
Como sea, rocié perfume en mi cuello y en mi escote, luego bajé y no es que sea engreída, pero cuando iba bajando las escaler
