— ¡Bébelo, Bébelo, Bébelo! —me animaban todos, mientras yo engullía el enorme vaso de cerveza que tenía al menos 2 litros.
El que termine en menos de 10 segundos, gana.
— ¡Esa es mi chica! — gritó Kate, levantando mi mano.
— Ya que son unas chicas tan malditamente sexys y lo hacen jodidamente bien, esta va por mi parte — dijo el barman de Lux (mi discoteca favorita) dándonos una enorme botella de mí ahora amado ¡tequila!
— ¡Eres tan lindo! — dijo Kate, besándolo de lleno en los labios.
El tipo, Mike creo…¿o Mick? Como sea, el tipo aceptó gustoso el agradecimiento de mi mejor amiga.
— Ohh Dios mío, Kate — reí y la jalé conmigo. — ¡No hagas eso, bebé!
— ¡Bah! Tenemos que agradecerle a nuestro amigo, Livie. ¿O quieres hacerlo tú?
— Hay mucho Mike aquí, nena y estoy seguro que puedes
