XXX Hay por desgracia personas de quienes dice el refrán que si les dais la mano os tomarán el brazo. Sin citar los ilustres ejemplos de esos heroicos azotes de la humanidad, cuyo amable camino en la vida se trazó desde su nacimiento hasta su muerte a través de la sangre, el fuego y las riñas, y que parece que sólo existieron para enseñar a la humanidad que como la ausencia del mal es un bien, la tierra, liberada de su presencia, sería un lugar de bendición, nos contentaremos con el ejemplo de John Willet. John Willet se había tomado hasta el codo la libertad de Joe, y le había llegado hasta cerca del hombro en el permiso de abrir la boca, de modo que su despotismo no conocía ya valla ni límites. Cuanto más se sometía Joe, más exigente era John. Muy pronto se tomó todo el brazo y, día a