Siento en mi garganta el leve ardor del whisky mientras observo a la mujer que se encuentra profundamente dormida sobre la cama. No creo que exista una palabra en el mundo que describa a la comandante, ella me hace sentir como un simple mortal indigno de ser tan extraordinario como lo es ella. Suspiro bebiendo otro sorbo de mi trago tratando de que este calme la sensación de inquietud en mi pecho. Creí que se trataba de la inminente partida de la comandante y el hecho que no la veré durante un tiempo, pero siento que es algo más, algo más fuerte, algo más grande, más tenebroso y lo cual hace que la piel se me erice. Dejando de lado el vaso me acerco a ella completamente desnudo queriendo sentirla, ya que desde que la tuve en mis brazos por primera vez, he sentido la necesidad de estar