—Quien diría que meses atrás lo que comenzó con un escandaloso tuit, hoy terminaría con tu renovación de votos. Sonrió a Valeria que está terminando mis ondas en el cabello para lucirlas en la pequeña ceremonia que vamos a llevar a cabo en el jardín de la casa que Elliot y yo hemos obtenido hace unas semanas y se encuentra a pocos minutos de la casa de Erika y su ahora esposo, Carlos. Queremos venir siempre que podamos y también tener un espacio propio para nuestra familia. La sola idea de que eso suceda me llena de entusiasmo. Miro a Valeria. —Creo que debo agradecerte por esa botella de tequila —bromeo. —Querida, a tu primera hija le vas a llamar como yo, su tía Valeria. Le doy un abrazo rápido a mi mejor amiga. —Te amo. —Lo sé, yo también te amo porque sin ti mi vida sería una
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