11 MATT La vida era buena. Realmente buena. De hecho, durante las últimas tres semanas, la vida nunca había sido mejor. Honestamente, podría decir que, por primera vez desde que me retiré del béisbol profesional… estaba feliz. Contento de una forma en que nunca pensé que lo estaría, ni siquiera cuando tenía el trabajo de mis sueños. Y esto era todo gracias a Rachel. La habíamos hecho nuestra en esa habitación de hotel en Helena, y pasamos cada noche —y frecuentemente durante el día— haciéndolo una y otra vez. Yo era insaciable estando cerca de ella y, afortunadamente, ella estaba de la misma forma. Puede que ella fuese virgen, pero no era tímida. No, fue sido atrevida y juguetona, curiosa y salvaje, justo desde el comienzo. Hasta ahora la “Operación Embarazar a Rachel” no había sido ex