Capítulo XLVI

3781 Palabras

Capítulo XLVI C APÍTULO XLVILa fuga de Sikes De todas las malas acciones que se habían cometido al amparo de la oscuridad dentro de los límites de Londres desde la caída de la noche, esa era la peor; de todos los horrores que se elevaban en el aire matutino con un hedor pestilente, aquel era el más repugnante y cruel. El sol resplandeciente, que no solo nos devuelve la luz sino también vida nueva, y esperanza y fortaleza para las personas, emergió sobre la ciudad abarrotada en todo su esplendor claro y radiante. Desde el cristal de valiosos colores hasta las ventanas con remiendos de papel, desde la cúpula de la catedral hasta las grietas ruinosas, sus rayos penetraban en todas partes por igual. Y también iluminaban la habitación en la que yacía la mujer asesinada. No había remedio. Él

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