Capítulo XXXIII C APÍTULO XXXIIIDe algunos detalles introductorios de un joven que entra en escena y de una nueva aventura que acontece a Oliver La felicidad era casi excesiva. Oliver se sentía asombrado y estupefacto ante esa noticia inesperada; no podía llorar, ni hablar, ni descansar. Apenas podía comprender lo que había sucedido hasta que después de un largo paseo al aire de la tranquila tarde vino a aliviarle un mar de lágrimas; de repente parecía que despertaba y sentía intensamente el alegre cambio que había tenido lugar, y era consciente del insoportable y angustioso peso del que su pecho había sido liberado. Ya era casi noche cerrada cuando volvía a casa, cargado con las flores que había recogido con especial cuidado para adornar la habitación de la enferma. Mientras iba alegre