Narra Anna —No, él no tiene que elegir nada, yo me voy a ir con ustedes. Pero a cambio quiero que la sueltes a ella y que me dejen despedirme de él —dije tomando valor de donde no lo tenía. —¡No, Anna no me hagas esto! —pidió Leandro, quien parecía se encontraba en un gran dilema. —Muy bien puedes despedirte —ordenó el hombre. Daniela me soltó dejándome ir hacia Leandro, una vez lo tuve enfrente tomé su rostro y lo besé profundamente. Lo amaba, tanto que dolía. No sé en qué momento sucedió, pero el saber que yo le importaba y que me quería me hizo sentir especial. Era débil en cuanto a los sentimientos, aunque me hiciese la dura no podía evitar caer. —¡No la sueltes hijo! —exclamó Daniele luego se escuchó un grito agudo y al mismo tiempo un disparo. Nos separamos inmediatamente y