POV HERNÁN No es el frío abismo del veneno, sino la noche profunda y la paz silenciosa del bosque. El caos se ha desvanecido. En el aire ya no solo flota el olor a azufre y sangre, sino también la promesa del amanecer, la frescura de la tierra húmeda, el aroma dulzón de las hojas recién caídas. Y el rostro de Clara, mi Luna, mi amor. La imagen de ella, sana y salva, se graba en mi mente, un faro de luz en medio de la tormenta que ha consumido nuestra manada. Es su fuerza la que me ha devuelto a la vida, la que me ha sacado del abismo de la desesperación, la que me ha hecho más fuerte de lo que jamás imaginé. No soy solo un Alfa. Soy su Alfa. Y ella, mi Luna. Mi otra mitad. Lyke aúlla en mi interior, no con la furia de la batalla, sino con el profundo y ancestral alivio de haber encontra

