―Siga la luz, por favor.
Hago lo que me indica el médico de la sala de emergencia.
La verdad, lo último que quiero es estar en este lugar.
No me gustan los hospitales, me parecen deprimentes.
Para descartar cualquier contusión debemos hacer algunos estudios.
Hago una mueca.
La cortina del cubículo se levanta y aparece Dante.
El doctor le mira con gesto interrogante.
―Lo siento, pero necesita volver a la sala de espera.
―Es mi esposa, no pienso moverme de aquí ―espeta mientras avanza al interior y se acerca a mí.
Lo miro con sorpresa.
―Entiendo, pero las políticas del hospital…
Se calla cuando Dante lo fulmina con la mirada.
―En un momento vendrán a buscarle para realizar los estudios pertinentes.
Asiento algo apenado por la situación.
Con eso sale dejándome a solas con Dante
