― ¿Qué hablabas con Osmán en la cocina?
Mis padres y Osmán se han ido hace unos minutos, mientras que Celina se retiró a su habitación alegando dolor de cabeza.
Ahora estoy recostada descansando un poco.
Mi costado protesta, pero no pienso decirle nada Dante, se pondría insoportable.
―Bien, ¿me dirás?
Parpadeo y miro a Dante que está de pie al final de la cama.
―Solo quería ser cortes ―frunzo el ceño ―Dice que quiere ganarse mi confianza y ser de nuevo mi amigo.
Tuerce el gesto.
―Ahora, ¿qué te pasa?
Niega.
Da un paso más y sube a la cama.
― ¿Tú y él eran muy amigos?
Muevo la cabeza mientras pienso un poco.
Dante se cierne sobre mí manteniendo su peso sobre sus manos.
―De hecho, era la única persona que sabía de lo nuestro. Siempre has confiado en Osmán y yo lo hacía.
Me es
