― ¿Estás segura de que no quieres mejor quedarte en cama? Pongo los ojos en blanco al escuchar a Dante lo mismo por enésima vez. Me miro al espejo mientras me cercioro de que he cubierto bien la mayoría de los moretones. ―No, quiero que mamá me vea de pie y no en una cama Dante tuerce el gesto. ―No quiero preocuparla. ―Pero aún te duele el costado ―Sí, pero prometo que me quedaré quieta en el salón hasta que sirvan la comida. Suspira con resignación al ver que no va a poder hacerme cambiar de opinión. Mi móvil suena y veo que es un mensaje de mi padre aviando que están abajo. ―Ya están aquí ―anuncio. Iré abajo por ellos. ―Gracias ―murmuro mientras pasa por mi lado, no sin antes regalarme una sonrisa. Lo sigo, pero avanzo hasta la habitación de Damián. Me detengo en el relleno