El olor a sarro y barro inundaron mis fosas nasales, a pesar de que me dolía la cabeza y mis ojos estaban cerrados podía presentir que estaba en peligro. Mis sentidos se agudizaron, y mi sistema de autodefensa se activó. Abrí mis ojos, notando oscuridad total. El sonido de las gotas de lluvia cayendo fuerte en el techo era lo único que se escuchaba.
La habitación fría se iluminaba con cada relámpago, podía observar que estaba sucia, en realidad, parecía un tipo de almacén abandonado o algo así. Estaba tirada en el piso, con los pies y mano amarradas. Hice una mueca de dolor al querer reincorporarme y sentir un dolor punzante en mi cabeza. Me había golpeado.
Mi respiración se empezó a agitar y el miedo me inundó, flashes de lo que había pasado me llegaron de repente: yo en el sofá de casa
