Alex estaba respirando con fuerza, tenía los ojos cerrados y trataba de calmarse así misma, ¿Qué sentía?, ¿Odio?, ¿Felicidad?, ¿Rencor?. —¡Maestra, Marco me pegó!. Alex salió de sus pensamientos y regresó la atención a los niños* que se estaban volviendo locos sin supervisión. Después de terminar las clases, Alex se quedaba en el salón con los niños* mientras los padres entraban a recogerlos, se despedía de ellos y esperaba hasta que venían por el último niño*. La vista de Alex se posó en la pequeña niña* de ojos azules y de hermosos rizos qué esperaba pacientemente. —Camila, ¿Quién vendrá por ti?. —Papá dijo que el tío Ronnie vendría. Alex resopló al ver la hora, no le quedó nada más que llevarse a Camila a la sala de maestros, no podía creer que Franki dejara a cargo al idiota de