El grito de Obsesión es aterrador, se desploma sobre el suelo con heridas graves – Nicolás.
Él me empuja apenas llego a tocarlo y gruñe, su cuerpo está cubierto de sangre y sus garras se vuelven afiladas, por la postura puedo saber que está a punto de atacarme, es solo, que sé que él jamás lo haría, Nicolás preferiría…
¡Mierda!
– No te atrevas.
Odio su velocidad, atrapé su mano, pero no evité que enterrara las uñas en su pecho, directamente en su corazón – ¿por qué?
– ¡Argh!
Obsesión se arrastra lejos de nosotros, no me importa a dónde vaya en tanto Nicolás esté a salvo, sus ojos se han vuelto más claros, nuevamente tiene ese tono dorado que miré por primera vez aquella noche durante el festival de las flores.
– Estarás bien, eres una diosa, ¿cierto? – me sonríe – irás a verme al ja
