Lilith y Sandra estaban en la tienda con las piezas de cuarzo para los brazaletes de ubicación. El sistema era muy simple, se conectaban dos piezas, la primera se le daba al mago y la segunda se quedaba dentro de la iglesia, sí algo sucedía, y el mago se perdía, la pieza guardada servía para ubicarlo. El celular de Lilith vibró, ella lo sacó y no vio notificaciones, volvió a sentir la vibración y se levantó – vuelvo en un momento – fue al baño para mirar el celular conectado al inventor del Eco. – Buenos días, estafadora. Mirando la hora, Lilith estaba muy segura, el inventor tenía la misma zona horaria que sus padres – buenos días, millonario, ¿cuáles son los planes para hoy? – Trabajar. – ¡Qué aburrido!, ¿qué les pasó a las fiestas en la piscina? Percival, que no tenía piscina, re