Fue como despertar de una larga pesadilla, así lo sintió Percival, todo el camino desde el momento en que entró a esa cámara, tocó la vasija y su cuerpo fue poseído.
No quería volver a vivir esa experiencia, y ahí estaba, dentro de su espacio mental, mirando la clínica de sus padres y del otro lado, una estructura que se derrumbaba lentamente y se convertía en piedras y escombro.
Leimos suspiró – quise creer que estaba haciendo lo correcto, no es una excusa – aclaró – después de la muerte de mi maestro, había muchas personas a mi alrededor, todos tenían razones validas, todos querían tomar decisiones sobre el curso de la magia y era yo quien debía decidir – suspiró – Harret siempre tuvo mucha convicción, tenía un plan, estaba convencido de su eficacia y habría hecho cualquier cosa por co
