Era la primera noche de la convención de magia del hotel Damira y durante la tarde, los invitados prepararon la ropa, los disfraces, accesorios y arreglos. Lilith adoraba su atuendo, una blusa blanca, con encaje en el escote, un corsé café, que simulaba ser de cuero, una pequeña capa, un broche y dos cinturones, además de las botas, el pantalón, los guantes y un reloj antiguo – esto es tan adorable, quiero verme así todos los días. – Es una adicción – confesó Karina – dímelo a mí – la abrazó. La ropa de Percival, por otro lado, era una sudadera, un pantalón de mezclilla y tenis, salió del baño y miró a Ofelia cargando un traje. – Es por presentación, recuerda que eres un invitado muy importante. Percival tomó el traje y volvió a entrar al baño, minutos después salió vistiendo la ropa