CAPITULO 6

1160 Palabras
—Asi que me estas siguiendo —Karen estaba paralizada, sus ojos se centraban en un solo objetivo y Vladimir se da cuenta de que no deja de ver su falo —Podrías al menos ser no tan obvia cuando me ves mi m*****o. —Y–Yo… no estaba viéndote nada —dijo de inmediato —gira sobre sus talones e intenta controlar sus hormonas alteradas pero lo que vio la dejo congelada sin darse cuenta —Soy yo la que debería decir eso, no tú… —todo su cuerpo se tensa cuando siente algo restregándose contra su trasero —Que haces… Vladimir la tomó del cuello suavemente mientras sus manos la sujetan de la cintura, su respiración eriza la piel de su cuello, su aliento roba el suyo cuando siente el cálido beso como si fuera un suspiro, siente sus manos colarse por debajo de su top, muerde sus labios para no gemir cuando tira de su pezón, “porque diablos me vine sin sostén” —No digas idioteces —murmura en un intento de controlar su respiración —Suéltame, mi marido llegara en cualquier momento. —¿Enserio? —sonríe incrédulo de sus palabras —Bueno, eso es mas excitante, ¿no crees? Dime… ¿Qué pasaría si tu marido apareciera… —su mano deja de jugar con su pezón y viaja con rapidez hasta su entre pierna —y nos viera… que yo esté haciendo lo que él no puede hacer contigo? —No hay nada que él no haga… Las piernas de Karen desfallecen por un momento, la sonrisa de Vladimir se agranda cuando ella se aferra a sus brazos, sabe perfectamente cuando una mujer se siente diferente, cuando no es satisfecha por completo ya que no es la primera vez que tiene una relación con alguien ya comprometida —Si eso es todo lo que querías… —al decir esas palabras hizo que el deseo desapareciera. Voltea a verlo con una sonrisa —Que tengas un lindo regreso. Él no se inmuta y la observa mientras se desviste, eleva una ceja mientras se pregunta lo que estaba pasando por su mente. Se sorprende al verla completamente desnuda, no esperaba que reaccionara de esa forma, sus ojos delinean cada curva de su cuerpo mientras se sumerge al agua, no era lo que esperaba, pensó que caería ante sus caricias y eso le quitó el interés. Cuando Karen voltea se da cuenta que Vladimir no estaba, su sonrisa se desvanece ya que no esperaba que se fuera “creí que me seguiría y se metería al agua”, frunciendo el ceño se hunde por completo en las aguas calientes para quitarse el amargo sabor de boca “¿Por qué demonios quería que se metiera al agua?” “no puedo creer que haya pensado en la posibilidad de tener sexo con él de nuevo cuando me había prometido olvidar lo que había pasado” Estar en el agua no le ayudaba ni un poco y tampoco ya no quería estar mas en el hotel, ya no sentía tan emocionante su luna de miel. Al regresar al hotel se dio cuenta que ya estaba anocheciendo así que regresó a su habitación pensando que su esposo la estaría buscando. —Cariño, lamento la tardanza… La llave se cae de sus manos cuando vio a Joseph a besándose con su asistente, él se da cuenta de inmediato de la presencia de su esposa y empuja a su empleada, esta cae sentada sobre la alfombra que adorna la habitación. —Cariño yo… Karen no supo que decir, sintió un extraño hueco en la boca de su estómago mientras procesa lo que acaba de ver, la asistente se levanta del suelo molesta, se acomoda la falda de su vestido tallado al cuerpo —Señor, debería ser honesto con su esposa, perdóneme señora, pero yo soy…. —No digas cosas de las que te puedes arrepentir, —dijo Joseph cabreado —Ahora, largo de mi habitación. La chica se marcha de la habitación, Joseph toma de la mano a su esposa y Karen lo observa, lentamente se aleja de él mientras piensa que es su culpa lo que estaba pasando porque le había sido infiel a su esposo con otro hombre y no tenia el valor para decírselo por el temor de que le pidiera el divorcio “Carajo, es el karma. ¡claro!” —Te juro cariño que no es lo que piensas… ella fue la que se me insinuó y yo… —Esta bien —murmura con dificultad —¿En…serio? Ella asiente moviendo su cabeza en afirmación, se daba cuenta que debían irse o todo se pondría peor, pensaba en que había la posibilidad de que ese Vladimir abriera la boca y le insinuara lo que había pasado así que le dijo que quería regresar a casa pero su respuesta le disgustó porque no podía irse —Porque no? —se levanta de la cama —¿Acaso tú…? —Tengo una reunión con el dueño de la compañía y esta noche después de reunirnos con él, había planeado una sorpresa para ti. —¿El dueño? Pero si dijiste que nunca le interesó la compañía y que por eso estabas pensando en decirle que te vendiera sus acciones mayoritarias. —Es por eso que vamos a ir y lo veremos con una enorme sonrisa, y tú como mi bella esposa, lo atenderás como si fuera el rey del mundo para que acceda. Su insinuación no le agradó en lo absoluto —¿Enserio le estas pidiendo a tu esposa que sea un trozo de carne? Porque demonios no se lo pides a tu “asisamante” —¿Qué? —A tu asistente idiota —Joseph se molesta por como lo llamó —Perdón… es que… aun estoy alterada por lo que vi —mintió —Mi amor, —besa su mejilla —Como podría pedírselo a mi asistente, solo… mírala, no tiene gusto por la moda, no es refinada, bella. En cambio, tú, eres la mujer mas hermosa que todo hombre desea poseer, eres delicada y muy refinada, elegante… no podría pedirle algo tan importante a alguien como ella. Solo puedo confiar en ti. Karen se sintió contenta por la confianza que le tenia, y si era algo tan importante para ambos, no podía decirle que no a su esposo, además, si lo hace Joseph le promete partir al siguiente día a casa a si que aceptó. —Joseph, era necesario un vestido tan descotado, no seré tan obvia, es mas parezco una prostituta. —Amor, los viejos es lo que desean y lo sabes tanto como yo. —Buenas noches. —¿Señor Vermilion? Había reconocido esa voz, cierra sus ojos mientras rogaba en su mente que solo haya sido su imaginación, gira sobre sus talones y cuando ve a Vladimir se congela mientras su rostro pierde color. —Si, soy yo.
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