Esa noche, Raymond decidió irse a casa, tal vez si la ve hoy podrá satisfacer su corazón... no su mente, sí, su mente. Sería capaz de satisfacer su mente y mañana irá a ver a Natalia y se acostará bien. Sí, eso es perfecto, pensó mientras movía su auto hacia su mansión. Cuando llegó a casa, salió del auto y se apresuró a entrar, solo tenía un pensamiento en mente, ver a Felicity y verla llena de ella, luego ir a su habitación y descansar. Asintió mientras exponía su plan en su mente mientras caminaba por la acera de la casa, se subía a la terraza y fue entonces cuando escuchó, risas. No, no, no una risa cualquiera, la risa de Felicity. ¿Cuándo fue la última vez que la escuchó reír? No, y lo que es más importante, ¿quién la hacía reír tanto? Sintió que algo rebosaba dentro de él, sa