Luisa le explicaba a su hijo en el jardín, como cambiarle los pañales al pequeño Martín, cuando sonó el timbre…
Luisa - Hijo, ¿puedes ir tú?
Lucas - Claro, madre… dame al niño y tú guardas las cosas, ¿puedes?
Luisa - ¡Claro!
Cantando bajito para que el pequeño no llorara, se fue con él en brazos y abrió la puerta.
Si doce años atrás pensó que jamás volvería a quedar paralizado, se equivocó. Pero no fue una derrota para con él mismo. Esta vez, estaba paralizado de alegría…
LUCAS - ¿Tú? Pero…
Vega - ¿No saludas a tu viejo amigo?
LUCAS - Pero...
Vega - ¡Jo - der! ¿Ese es tu niño? ¡¡Qué hermoso es!!
LUCAS - ¡Igualito que el papá! (risas)
Vega - tu vanidad te ha hecho triunfar…
LUCAS - He aprendido de los mejores… (Y le guiñó el ojo mientras Vega recordaba lo que le había
