Amalia... Después de darme un baño y arreglarme un poco, tomo las llaves y subo a mi auto. Sebastián me compro un auto el día de mi cumpleaños, pero no lo uso, a menos que sea necesario como en este momento. Conduzco hasta llegar a casa al apartamento de Larissa. Toco la puerta una y otra vez, creo que fue un error venir, aunque ella esté en casa sé que está muy molesta. Estoy a punto de irme, pero Larissa abre la puerta. —¿Qué es lo que quieres, Amalia? —Déjame entrar, quiero hablar contigo. Ella asiente de mala gana y me deja pasar. Me siento en el sofá de la sala y ella se sienta a mi lado. —Te escucho —me dice. —¿Por qué estás molesta, Larissa? Me estás culpando por algo de lo que yo no sabía, además nunca me di cuenta de nada, yo quiero respuestas. —Tienes razón, ¿qué qui