Larissa. Veo a Alessandro salir sin decir nada, Sebastián lo detiene. —¡Alessandro! ¿Pasó algo? —No paso nada, tengo que irme, gracias por todo, Sebastián. Él sale casi corriendo de la casa y sé que algo paso. —Sebastián, préstame las llaves de tu auto, no puedo dejar que se vaya solo. —Está bien, pero cuídate mucho. —Gracias, eres el mejor. —No te lo decía a ti, se lo decía a Alessandra. Corro tras Alessandro. —¡Alessandro, espera! La policía podría verte, sube al auto. Él sube de mala gana, pero no me deja ver su rostro. —Alessandro, ¿qué paso con Amalia? ¿Por qué estás llorando? —Le dije que la amaba y que me eligiera a mí, pero sé que nunca lo haría, sé qué ella ama a Sebastián, incondicionalmente y nunca lo dejaría por alguien como yo. —Alessandro, no es por ti, la v