Continuación del flash back.
✥Larissa✥
Estoy lista para salir, me veo preciosa. Ese imbécil de Fernando no me merece, pero, Amalia si me merece y yo a ella. Observo una fotografía de nosotras cuando estábamos en bachillerato, todo estaba bien. Solo éramos nosotras dos y nadie más.
Le doy un beso a la fotografía. Pronto estaremos juntas, mi Amalia, te amo tanto.
Esto no está mal, solo estoy enamorada y reclamando lo que es mío. En la guerra y el amor todo se vale.
Alguien llama a la puerta, sé que es la nefasta fastidiosa de Evelyn.
Guardo la fotografía en mi diario junto con todas las demás y abro la puerta.
—¿Estás lista para la cena? ¡Por supuesto que lo estás! Mírate, Larissa.
—Solo quise arreglarme para ustedes, no es nada en especial, disculpa por lo que dije, no quiero que me malentiendas.
—No te preocupes, te entiendo perfectamente. Extrañas a tu esposo y quisieras que él estuviera contigo, así está noche sería aún más especial.
—Exacto, es así como me siento, pero sé que estaré con mi familia que son ustedes, porque eso son.
—Eres tan linda, me siento mal haberte juzgado antes.
—Es extraño, también Sebastián se disculpó conmigo, otra vez esta mañana y tú lo haces ahora.
—Es porque te queremos mucho, y no sabes lo que lamentamos el haberte tratado mal.
—Pues te diré a ti lo mismo a él. Eso ya pasó, es tema del pasado, ahora los amo y vivamos el presente.
—Es verdad, ahora bajemos. Mario y Sebastián nos están esperando abajo.
Bajamos y subimos al auto. Después de una larga platica durante el camino y aburrida por cierto, llegamos al restaurante.
Estoy impresionada, Evelyn es una perra básica y el restaurante está increíble.
Entramos y nos sentamos. El lugar es aún mejor por dentro, un lujo en toda la palabra. Pedimos la cena y después platicamos mientras esperamos.
Mario habla sobre su estadía acá en Francia y los lugares que han visitado.
Yo solo asiento en señal de aprobación y río de una forma relajada como lo hacen los demás. ¡Mierda! ¿Cuándo se acabará esta puta tortura? No los soporto, quisiera hablar con Amalia, extraño su voz.
La comida llega a la mesa, empezamos a comer, todo es realmente delicioso.
Cuando terminamos nos vamos del lugar, estoy un poco cansada, pero esta noche es perfecta para mi plan. Solo estaremos acá por tres días, tengo que aprovechar.
Salimos del restaurante y subimos al auto.
—¡Chicos, tengo una idea! Vamos a un club, por favor.
—¡¿Qué dicen los demás?! —dice Sebastián.
—¿Quieres ir amor? —le pregunta Mario a Evelyn.
No puedo con la miel de estos dos, juro que me dará diabetes.
—Sí, vamos, nosotros conocemos un lugar y está a seis cuadras de aquí.
—Perfecto, entonces vamos a divertirnos un momento —digo y todos se ven emocionados.
Pobres imbéciles, más no saben que está noche podría cambiar el resto de sus vidas.
Evelyn le indica el camino a Sebastián.
Llegamos al lugar, también se ve que es de clase. Cuando entramos no está lleno, es todo lo contrario, el olor a tabaco fino se siente por todo el lugar.
En este tipo de lugares solo vienen empresarios y personas del medio por lo que puedo apreciar.
Nos sentamos e inmediatamente una persona nos atiende, pedimos unas bebidas y platicamos sobre nosotros.
—¡Mira, Evelyn! ¿Ese de haya no es Kevin? —dice Sebastián.
Todos volteamos a ver.
—Sí, es él. Kevin estudio con nosotros en la universidad, escuche que ahora es un excelente profesor de una prestigiosa universidad aquí en Francia —explica, Evelyn.
—¿Quieres ir a saludar?
—Sí, quiero, en un momento regresamos.
Evelyn y Sebastián se levantan de la mesa, y yo me quedo a solas con Mario.
—Quiero ir al baño, pero no quiero dejarte sola, voy a esperar hasta que ellos regresen.
—No te preocupes, Mario, ve a orinar, yo estoy bien.
—¿Estás segura? Aguantaría las ganas de orinar y mucho más por ti, Larissa.
—Gracias, querido, nunca me habían dicho algo tan romántico.
Él ríe a carcajadas.
—No aguanto más, lo siento, regreso en un momento.
—Ve al baño, estoy bien, además necesito un momento a solas, quiero llamarle a mi esposo.
Mario se fue.
Esta es mi oportunidad, todo pasará esta noche. Rápidamente busco en mi bolso los goteros. El camarero deja las bebidas y esto me emociona.
Acomodo las bebidas, le echo tres gotas a Mario, esto hará que se quede dormido y deje de estorbar.
Después busco las otras gotas, traje diferentes porque es parte de mi plan. Para Evelyn varías gotas y para Sebastián también, esto hará que se sientan felices y excitados.
Evelyn y Sebastián regresan a la mesa.
—¿Dónde está, Mario? —pregunta Evelyn.
—No te preocupes, me dijo que iba al baño.
Después de unos minutos el dolor de ovarios regresa a la mesa.
Para que todo resulte como lo he planeado, quiero que todos recuerden el pasado. Pero no es el momento, necesito que beban un poco más.
Después de mucha bebida, los tres están un poco ebrios, yo estoy completamente sobria, solo fingí que bebía. Mario cada vez se ve más cansado, las gotas están haciendo efecto. Hasta que casi se duerme sobre la mesa.
—Lo llevaré al hotel, este día visitamos muchos lugares por eso está cansado —dice Evelyn.
—Pero yo quiero seguir celebrando con ustedes —digo fingiendo tristeza.
—Yo también pienso lo mismo —añade Evelyn.
—Tengo una idea, yo lo llevo al hotel y lo dejo en la habitación y regreso con ustedes.
—¡Sí, por favor! —decimos Evelyn y yo al unísono.
Sebastián se lleva a Mario. Por supuesto Evelyn y yo nos quedamos a solas. En este momento mi plan comienza.
—Evelyn, ¿puedo preguntar algo? No quiero incomodar, solo es curiosidad.
—Claro, puedes preguntar lo que quieras.
—¿Nunca te gustó Sebastián? Siempre estuvieron juntos en la universidad y después también, o sea, nunca se separaron y ahora siguen siendo mejores amigos.
—Te diré la verdad, pero júrame por lo más sagrado, Larissa, que no le dirás a nadie.
—Lo juro por mi vida y mi madre, dime.
—Yo amaba a Sebastián, me enamoraré de él desde el primer día en la universidad y también tengo otro secreto.
—¿Cuál? Dime, amiga.
—Él perdió a su hermana gemela.
—¿Qué y por qué no se lo ha dicho a Amalia o a los demás?
—Mario también lo sabe, solo lo sabemos nosotros. Ella estaba enferma, tenía cáncer y él dijo que jamás hablaría sobre el tema.
Es un dato curioso lo que me acabo de enterar, puedo usarlo a mi favor, pero, creo que me interesa más el otro tema.