Habíamos pasado unos días increíbles los cuatro juntos, me sentía joven pero sentía como si fuésemos un matrimonio y ellos fueran nuestros hijos. Lio adoraba a Valentín y él a ellos. Había desarrollado un lazo muy bonito con ambos niños, me encantaba observarlos sin que se percataran y tomarles fotografías. Habíamos turisteado por muchos lugares de París, Susan amaba todo, le había encantado la torre Eiffel. Jugaba mucho con Valentín y él la cuidaba demasiado, la sobreprotegía de una manera muy tierna. Fuimos a un parque acuático que Valentín reservo solo para los cuatro y no podían estar más contentos los pequeños, disfrutaban cada juego y atracción a más no poder. Ver reír a Lio y Susan era lo más satisfactorio que había sentido nunca antes. Amaba verlos felices, jamás imagine que Valent