El vapor del té subia lentamente hasta topar contra mi rostro , no sabia por qué razon mi vista habia quedado hipnotizada en el liquido dentro de la pequeña taza. —La primera vez que vi algo como esto fue cuando decidi que es lo que queria hacer el resto de mi vida—aludió la enfermera de Coraline rompiendo el silencio de la habitación. Frente a ella tambien se encontraba una taza de té, ninguna de las dos quiso entrar a la habitación a descansar, era inhumano querer descansar cuando Coraline sufria. Levante la vista de mi té y la observé, aunque al principio ella se habia mostrado valiente y firme ante la emergencia, se notaba triste. —¿Qué fue lo que paso?—me anime a preguntarle. —Fue mi abuela, la mamá de mi papá—explicó con cierto aire de melancolía—ella también fue diagnosticada