VALENTÍN IVANOV.
Ahora más que nunca comprobaba el sentido particular de la vida, no siempre conseguimos lo que queremos. Pero la vida se encarga de suplantar nuestros deseos, por lo que vivimos en un efecto camaleón. Un día podemos sentir miedo, otro día felicidad y así contantemente cambiaremos de ánimo. La vida nos pone preguntas difíciles, cuando estamos cerca de responderlas, nos la cambia por nuevas. Y de eso se trata, de superar, de continuar, de mejorar. La muerte de Delaylah me dejó un profundo vacío que jamás podría ser llenado por nadie, pero me enseñó una lección importante. Y es que el amor es tan fuerte que perdurará aun con la ausencia de esa persona, que puede tatuarse en tu piel sin necesidad de tinta y que deja huellas que son imborrables.
Después de aquel encuentro c
