Un escalofrío invadió el cuerpo de Ashton, desde que conoció a Clarisa, tuvo pensamientos poco propios de él, se sentía un idiota por imaginar cosas que tal vez nunca llegarían a pasar, y ahora, la oportunidad estaba justo en sus manos. No iba a perderla otra vez, se incorporó un poco y se acercó a ella, la miró fijamente y le dio un beso en los labios, mientras que Clarisa disfrutaba de aquello, al fin estaban solos, sin nadie que los pudiera interrumpir, donde los límites, no existían. Ella se abrazó de su cuello y Ashton se subió sobre ella, siendo cuidadoso en todos los sentidos. Se alejó un poco y se relamió los labios, ella sabía extremadamente bien. —Hay un pequeño detalle. —¿Cuál?—Preguntó Clarisa sin aliento. —No tengo preservativos, no es que haga esto todos los días, así q

